sábado, 7 de abril de 2012

¿Nos pesa el alma?


¿Realmente pesa el alma?
Al morir, cada ser humano pierde 21 gramos de peso en el instante preciso de su muerte, lo que, según la teoría del doctor Duncan MacDougall (1866-1920) es el peso del alma. Este resultado fue comprobado mediante experimentos con personas desahuciadas y al borde de la muerte (enfermos de tuberculosis), todas con el mismo resultado: 21 gramos menos.
Pero este doctor, no fue el único interesado por este tema, el Premio Nobel de Fisica en 1962, Francis Crick, dedicó más de 50 años a investigar la existencia material del alma y la conciencia. Construyó un laboratorio especialmente para esto y descubrió que, al fallecer una persona, ciertas materias que componen el cerebro desaparecen al morir así, el peso de éstas es de más o menos, 21 gramos.
Podrían rebatirse estas teorias con una simple conclusión: este peso que perdemos es el aire que expulsamos al exhalar el ultimo suspiro, pero, en cambio, esta pérdida de peso no se da en otros seres, como por ejemplo, los perros.
Sin entrar en temas religiosos, estas investigaciones no determinan la existencia científica del alma, pero sí indican que algo pasa en ese breve pero intenso instante que es el momento de la muerte.

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